dueño de la palabra
(no digamos ya de la letra),
es una historia sin fin.
Ni se inicia en la alfabetización ni termina
en tercer grado, ni en séptimo, ni en la universidad.
La historia del lector se confunde con la vida.
Siempre se estará "aprendiendo a leer".
Y siempre quedarán lecturas por hacer,
tapiz por tejer y destejer".
Graciela Montes, en "La gran ocasión. La escuela como sociedad de lectura".
ilustración Zac Retz
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