A lo largo del día te relacionás con personas que realizan pequeñas o grandes acciones por ti. Y vos también brindás tu colaboración a personas que te la solicitan.
¿Cómo te gusta más que te pidan las cosas que necesitan?
– Quita esas cosas de ahí.
– Por favor, ¿podrías quitar esas cosas para que pueda pasar?
Es cierto que no hay diferencia entre una fórmula y otra…
Quizás a ti te sea indiferente. Pero, por lo general, cuando uno escucha «por favor», realiza la acción que sigue con más ganas.
El «por favor» va más allá de lo bonito y cortés.
Es una expresión de respeto y consideración hacia tu esfuerzo. Por eso te sientes más movido a ayudar a la persona que muestra esa actitud.
¿Me dás una mano, por favor ?
Lo mismo pasa cuando sos vos quien pide las cosas mostrando consideración por la otra persona: Está más dispuesta a ayudar y, además, se siente bien haciéndolo.
Muy obvio, sí. Pero en la vida cotidiana es frecuente saltarse las consideraciones.
Todos estamos ocupados. A veces, vamos con apuro y tan pendientes de lo nuestro que perdemos de vista el esfuerzo y las necesidades de otros.
Otras veces, damos por hecho que quien nos ayuda está haciendo su trabajo; le pagan por eso. ¿Para qué vamos a decir: «por favor»?
Y otras nos saltamos las frases amables y corteses con quienes tenemos más confianza, reservando las muestras de respeto y consideración para los menos allegados.
Eso último es un poco triste. Las relaciones se construyen y se fortalecen a diario con pequeños gestos.
Un «por favor» (lo mismo que un «gracias«) nos sirven para mostrar aprecio a esas personas que más queremos. ¿Por qué saltarnos estas palabras precisamente con ellos?
Con el “por favor” todos ganamos. Quien lo escucha se siente respetado y reconocido. Y quien lo dice sabe que está estableciendo una conexión positiva con esa persona y que está cuidando de la relación que existe entre ellos.
Por mi parte, seguiré usando el “por favor”, incluso con las personas más cercanas con esa intención, a menos que me despiste o que me salga el “por favor” en automático.
¿Y vos? ¿Has sentido los efectos que tiene el uso del “por favor”?
Todos estamos ocupados. A veces, vamos con apuro y tan pendientes de lo nuestro que perdemos de vista el esfuerzo y las necesidades de otros.
Otras veces, damos por hecho que quien nos ayuda está haciendo su trabajo; le pagan por eso. ¿Para qué vamos a decir: «por favor»?
Y otras nos saltamos las frases amables y corteses con quienes tenemos más confianza, reservando las muestras de respeto y consideración para los menos allegados.
Eso último es un poco triste. Las relaciones se construyen y se fortalecen a diario con pequeños gestos.
Un «por favor» (lo mismo que un «gracias«) nos sirven para mostrar aprecio a esas personas que más queremos. ¿Por qué saltarnos estas palabras precisamente con ellos?
Con el “por favor” todos ganamos. Quien lo escucha se siente respetado y reconocido. Y quien lo dice sabe que está estableciendo una conexión positiva con esa persona y que está cuidando de la relación que existe entre ellos.
Por mi parte, seguiré usando el “por favor”, incluso con las personas más cercanas con esa intención, a menos que me despiste o que me salga el “por favor” en automático.
¿Y vos? ¿Has sentido los efectos que tiene el uso del “por favor”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario