jueves, 10 de diciembre de 2020

Un cuento para este tiempo....

Se me perdió el Niñito Jesús





Era la primera Navidad en que era consciente de que armaba un pesebre, y más o menos lo que significaba. Acababa de cumplir 2 añitos y ya hablaba y se expresaba como si tuviese 12. Así que me animé a contarle quién era Ese que iba a nacer la noche del 24 y ella estaba copada con la idea.


Cuando nos estábamos yendo a la misa de Nochebuena quiso llevarse al Niñito Jesús del pesebre con ella, cual bebote para jugar. Yo la dejé, que más quería que se hicieran amigos. Pero cuando se bajó del auto, algún movimiento hizo mientras desabrochábamos la sillita y se le cayó el Niñito Jesús a la calle, a la acequia o a algún rincón del auto.


“Se me perdió el Niñito Jesús, mami”, dijo triste mientras buscaba. No lo pudimos encontrar nunca y los años siguientes hemos armado el pesebre con un Niñito Jesús de otro juego (…)


Cada vez que armamos el pesebre me acuerdo del Niñito Jesús perdido y de la carita triste de la Pity. Pero esta Navidad el recuerdo se me vino de otro modo y no he podido sacarme de la cabeza el “se me perdió el Niñito Jesús”. Y entonces he pensado seriamente en que no quiero que se me pierda.


No quiero que se me pierda en regalos, en juntadas ni en comidas. Se me pierde en cuentas por pagar, matrículas y presupuestos, y no quiero. No quiero que se me pierda en saludos, en planes ni en brindis de fin de año. No quiero que se me pierda en el trabajo, en el psicólogo ni en los controles médicos. No quiero ni siquiera perderlo cuando escribo, cuando leo o cuando camino. Quiero estar atenta y que no se me pierda.


Pero también pienso y me doy cuenta, de que mientras a mí se me pierde aunque no quiera, Él viene y me encuentra. Todos los años nace de nuevo por si acaso se me había perdido. Viene desde cero, con toda su inocencia, su corazón nuevito, su dulzura y su paz.


Me encuentra como esté, perdida, distraída o exhausta, (…) viene como un amigo para que yo me lo quiera llevar conmigo. Viene para quedarse aún sabiendo que con cualquier distracción se me va a volver a perder.


Y aunque se me perdió varias veces este año, estoy contenta, porque ya viene, y siempre me encuentra.


                                                                                                                                        Adriana Zeitune

10 de diciembre


 

¡¡¡ADORNOS!!!!

Te animas a crear y colorear tus propios adornos navideños??? Te dejamos un modelito para empezar....




Cuentos para este tiempo

 Dos cuentos de  Sandra Comino...cuentos para leer en este tiempo en el que nos preparamos para vivir la Navidad. Navidad Blanca y Así en la tierra como en el cielo.



En la Biblio estamos armando nuestro árbol con palabras

Poesía en Navidad 


Era ya noche en Judea,

contaba un niño pastor

cuando al pasar junto a un pueblo

un bebé me sonrió.


No fue una sonrisa hueca,

ni fue un gesto juguetón.

Tampoco mostraba queja

aunque muy pobre nació.

Fue una sonrisa perfecta

que… ¡estaba llena de Amor!


Pero al verlo tan humilde,

durmiendo sobre un cajón,

me llegué a sentir muy triste.

Y tan gran pena me dio

que, aprovechando un despiste,

lo tomé como un ladrón

para llevarlo conmigo

y poder darle algo mejor.


Cuando, al momento siguiente,

Su madre ya no lo vio

fue a buscarlo entre la gente,

mas tampoco lo encontró.

Preocupada por su suerte

casi moría de dolor

Y llorando dulcemente

entre lágrimas cantó:


“¿Quién apagó las estrellas

llevándose su color?

¿Quién nos ha dejado a oscuras

robando a quien hizo el sol?

¿Quién prefiere andar perdido

y no tener Salvador?

¿Quién se ha llevado a mi Niño?

¿Quién ha robado al Señor?”


Viendo que allí lo querían

tan bien como lo haría yo,

aunque el miedo me vencía,

tuve que hacer confesión:


“Yo me lo llevé un ratito,

lo guardé en mi corazón,

para decirle bajito:

Niño, te quiero un montón.”


La madre, con gran alivio,

sonriendo respondió:

“Para hacer eso, cariño,

no hay que secuestrar a Dios;

basta con que lo compartas

con cuanta más gente, mejor.

Y que, allá donde tú vayas, ha

hagas bien y des amor.”



Yo, que aún era pequeño,

aprendí bien la lección.

Y desde entonces recuerdo

que ese Niño, que era Dios,

No solo me amó primero,

sino que me hizo mejor.



miércoles, 2 de diciembre de 2020