jueves, 29 de octubre de 2020

Plegaria al conocernos



Desnudos y fríos van tus dos piecitos

tanteando el terreno antes de pisar.

Los apura el juego que allá están jugando,

los detiene el miedo de que haya un cardal.




Tus ojos esquivos huyen de los míos,

se hacen los malos, no quieren mirar…

Ojos disfrazados mal de indiferencia

que abdican si encuentran a quien abrazar.




Y tus dos manitos llenas de ternura

aferran la vida que quiere escapar…

Manos chiquititas, cuando me acarician

me cuentan tus ganas de cuentos y pan.




Que el Dios de la Vida bendiga tus ojos,

bendiga tus manos, bendiga tu andar

y a mí me regale un corazón pobre

y ajuste mis pasos a tu caminar.




                                            Susana Alfaro

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